En la residencia de mayores Claret de Sevilla, la semana ha estado repleta de actividades diseñadas para estimular el bienestar físico, mental y emocional de los residentes, quienes han disfrutado cada momento.

Una de las actividades destacadas ha sido el doblado de ropa, una práctica considerada una Actividad Instrumental de la Vida Diaria (AIVD) que no solo contribuye a mantener la destreza manual, sino que también fomenta la autonomía de los residentes. Durante la jornada, organizaron y doblaron prendas en un entorno relajado, sintiendo la satisfacción de ser productivos.

Además, el club de lectura volvió a ser uno de los momentos más esperados, reuniendo a los residentes para disfrutar de historias que invitaron a reflexionar, reír y recordar. La lectura y los debates posteriores se convirtieron en una herramienta para estimular la memoria, la atención y la comunicación, creando un espacio ideal para el intercambio de ideas y opiniones.

Por otro lado, la creatividad estuvo en el centro de la atención con una divertida sesión de moldeado de figuras con plastilina. Los residentes se sumergieron en un ejercicio de imaginación, dando forma a diferentes animales. Esta actividad permitió trabajar la coordinación motriz y ofreció a cada participante la oportunidad de expresar su lado artístico mientras se enorgullecían de sus creaciones.

Para cerrar la semana, el bingo trajo emoción y risas entre los residentes. Este clásico juego, siempre popular, estimuló la memoria, la concentración y la agilidad mental de los participantes, quienes marcaron sus cartones con entusiasmo mientras esperaban ansiosos gritar "¡Bingo!" y ganar pequeños premios. La actividad generó un ambiente de convivencia donde todos compartieron momentos de alegría y compañerismo.

En conjunto, las actividades realizadas reflejan el compromiso de la residencia con el cuidado integral de sus residentes, promoviendo el envejecimiento activo y creando espacios donde cada persona puede sentirse valorada, acompañada y llena de vitalidad. Cada jornada dejó huellas positivas, fortaleciendo habilidades, promoviendo la interacción social y, sobre todo, llenando de felicidad el día a día de los residentes.