Muchas veces nuestros mayores nos comentan los “miedos” y “prejuicios” que le supone la vejez, la cual para muchos llega sin ser esperada y ven que sus fuerzas, las que les llevó a crear y cuidar de su familia y de ellos mismos, van disminuyendo, viéndose en la necesidad, más unos que otros, de ser cuidados.
Esos “miedos” y “prejuicios” en los niños no se muestra, están constantemente descubriendo cosas nuevas, teniendo nuevas vivencias y experiencias sin preocuparles que le queda por vivir, viviendo el presente y disfrutando del mismo, día a día.
Esa vitalidad es lo que nos impulsa, los que nos da fuerzas y energía suficiente para ir hacia delante, para implicarnos y motivarnos; por lo que desde este proyecto hemos querido que la cooperación, la interacción y el intercambio entre personas de diferentes generaciones, hagan más cercanos ambos aprendizajes, rememorando experiencias que benefician a ambos grupos, aportando apoyo muy positivo que ayuden a mantener el bienestar y la seguridad de las generaciones entre sí.
En la sesión que desde el departamento de fisioterapia nos tocó desarrollar, hay muchos juegos a nivel físico que están en el olvido por la cantidad de videojuegos que existen, y la adicción que nuestros peques tienen hacía ellos. Nuestro taller tenía dos fases, en una primera fase recibíamos en nuestra residencia a los jóvenes de 6º de primaria con su profesora Mª Luisa; y en una segunda fase visitábamos en el colegio al mismo grupo con una muestra representativa de nuestros mayores.
Cuando nos tocó ser anfitriones, repartimos por toda la sala de fisioterapia a la mayor parte de los residentes en 5 grupos, con 5/6 chic@s de manera que en cada grupo se realizaron diferentes juegos, siendo los mismos residentes los que tenían que explicarle como jugaban; los jóvenes iban rotando de juegos y se iban presentando a nuestros mayores, manteniéndolos en interacción constantemente. Siendo algunos de los juegos los que muestro en imágenes, para que os hagáis una idea de cómo transcurrió la mañana.
Para finalizar la sesión realizamos un juego en común, todos agarrados en una rueda, y cantamos la añorable canción del “El patio de mi casa”, con una participación estupenda; poniendo como broche final “El pollito ingles” de todos conocidos.
Cuando le devolvimos la visita, fuimos con una muestra representativa de los residentes, y nos arroparon el mismo grupo de 6º que nos visitaron, hicieron también 6 grupos con juegos diferentes los cuales adaptaron a las necesidades de nuestros mayores y cada grupo.
Ambas sesiones, fueron muy satisfactorias y gratificantes, donde ambos grupos se implicaron al 100% en las actividades propuestas, intercambiando formas de juegos diferentes, así como anécdotas y experiencias vividas donde los más pequeños se mostraban atentos e interesados. Nuestros mayores, pasaban un día lleno de energía, con una sonrisa de oreja a oreja recordando juegos de ayer.
Paula García Pastrana
Fisioterapeuta