El Corpus es la feria grande de Granada, la cual cuenta con más de 500 años de antigüedad y sigue innumerables tradiciones. Cada año, comienza un sábado a las doce de la noche con el alumbrao’, encendido de las miles de bombillas de la portada, y termina al sábado siguiente con un espectáculo de fuegos artificiales.
La fecha de su celebración va a depender de la Semana Santa, por lo que la forma de saber el inicio del Corpus es contando 60 días desde el Lunes de Pascua (primer lunes tras el Domingo de Resurrección), lo que resultará el jueves del Corpus Christi, el día grande de la feria con su mítica procesión que recorre las calles de Granada, donde se sustituye el asfalto por todo tipo de hierbas.
El miércoles tampoco es para menos, ya que sale “La Tarasca”, un maniquí que viste la ropa que estará de moda en la siguiente temporada, (es el secreto mejor guardado -aunque una cosa es segura, vaya como vaya será criticada haciendo honor al famoso dicho de Granada “vas vestida peor que la Tarasca!!”-) se pasea por toda la ciudad a lomos de un fiero dragón que parece quedar rendido a sus pies, acompañada de cabezudos peleones y por los mismísimos Reyes Católicos.
El domingo de resaca de la feria se celebra la festividad del Corpus con una pequeña procesión en los alrededores de la Catedral, la llamada Octava del Corpus. En nuestro centro también lo celebramos, siendo una de las visitas del año más esperadas por nuestros residentes.
Otra de las tradiciones que se siguen en Granada es la de “Las Carocas en la Plaza Bib-Rambla”. Una serie de dibujos con frases recurrentes que resumen la actualidad estatal y local con humor.
Para que veais un ejemplo, ésta ha sido una de las carocas de este año:
Desde nuestro centro, no nos quedamos atrás y cada Corpus colgamos en nuestro rincón del mes las carocas internas. Os dejamos una muestra de las de 2018:
El ambiente de feria se puede disfrutar tanto de día como de noche. Con nuestros mayores siempre vamos de día, disfrutamos de unas cervecillas y tintos de verano sin alcohol así como de un piquislabis y nos volvemos con las sevillanas metidas en el sentío’. A algunos familiares les gusta acompañarnos, para disfrutar del ambiente junto a todos nosotros.
