La puesta en marcha de un huerto puede tener una influencia muy positiva, ya que conlleva tareas de responsabilidad (realizando ejercicio físico sin darnos cuenta), creatividad (favoreciendo el trabajo mental y la autorealización), trabajo en equipo…
Así, el contacto con las plantas y la realización de determinadas actividades relacionadas tienen una función terapéutica (estimula la movilidad, la capacidad de atención, la voluntad de mejorar y además se mejoran los hábitos alimenticios).
Ésta actividad nos gusta mucho, por lo que ésta primavera nos hemos puesto manos a la obra para dar un cambio de imagen a nuestro jardín.
La esposa de uno de nuestros residentes nos donó decenas de macetas las cuales ya no puede cuidar ella y nosotros quisimos empezar por pintar sus tiestos y arreglarlas un poquito, para que se adapten al nuevo entorno. Desde aquí, muchas gracias Ramona!!!!
En este taller participaron tanto residentes como familiares que mostraron mucha sabiduria sobre el tema y donde no faltaron las conversaciones sobre la vida y las risas.
Aprovechamos y también quisimos plantar hortaliza en nuestro jardín, como son tomates, pimientos, berenjenas…¡a ver si crecen pronto que nos alimentemos bien!
Bastantes de nuestros residentes se han dedicado al campo, asi que les encanta participar en esta terapia, recordando lo dura que era su profesion y enseñándonos su truquillos, por lo que también estuvimos podando, abonando y regando!